¿Te quejas por todo? Sal del bucle

Nuestra vida cotidiana esta llena de eventos y situaciones. Cuando nuestra realidad es acorde a nuestras expectativas experimentamos un estado emocional positivo y la queja no aparece. Sin embargo, no siempre es así. Todos en algún momento nos quejamos y el acto de quejarse forma parte de nuestro día a día.

“No busques fallos. Encuentra un remedio; Cualquiera puede quejarse”

Henry Ford

Hablemos de la QUEJA

La queja se define según algunos autores como la “expresión verbal de una experiencia o percepción subjetiva displacentera o de insatisfacción subjetivamente presente o no, con el propósito de desahogarnos emocionalmente o lograr un objetivo personal, interpersonal o ambos”. Kowalski (1996).

Por tanto, normalmente nos quejamos  para expresar una insatisfacción, malestar y lamentarnos, cuando no alcanzamos nuestras expectativas. La base de la queja se encuentra en un estado de auto-focalización de la atención de la persona, en el que se compara el estado actual de los acontecimientos con los propios estándares para los mismos (Kowalski, 2002).

En tanto que la discrepancia entre la realidad y los propios estándares o expectativas para la persona es displacentera, puede utilizar el lamentarse con el fin de llegar a alcanzar la motivación necesaria para reducir esta discrepancia.

Sin embargo,  en ocasiones también nos quejamos sin que necesariamente estemos experimentando insatisfacción porque buscamos conseguir algo, un objetivo que suponga un beneficio para nosotros, ya sea,  llamar la atención del otro, conseguir simpatía, querer lograr mayor reconocimiento, etc.  Por ello, la motivación interna que nos lleva a la queja puede ser originada por diferentes motivos.

Impacto Positivo

*Queja Ecológica

Toda queja que tiene una consecuencia beneficiosa y positiva, es lo que podemos llamar la queja ecológica o terapéutica, que nos permite porque nos permite, expresar nuestro malestar emocional, descargando y paliando la frustración que experimentamos.

La expresión de nuestras emociones se considera beneficiosa para las personas, especialmente cuando son emociones identificadas como disfuncionales o desagradables, porque puede llevarnos a un bucle rumiativo sobre la experiencia, ya sea situación o persona, objeto de nuestra queja al ser atribuida como negativa, elevando nuestros niveles de insatisfacción y generando en ocasiones, ansiedad, estrés, etc.

En otras ocasiones, la queja puede servirnos para encontrar empatía o comprensión en el otro, lo que nos ayudará a conseguir su apoyo y confirmar nuestra visión o interpretación “objetiva” del evento o de los hechos que han sucedido, sintiéndonos más respaldados.

También puede ser un recurso que nos ayuda a generar relaciones más saludables y mejorar la confianza y la comunicación con los demás y nuestro entorno. Cuando comunicamos que una determinada conducta, comportamiento o actitud nos desagrada, estamos dando la opción al otro de generar un cambio lo que mejora intrínsecamente la relación. Se convierte también así, si lo hacemos desde un diálogo positivo en una herramienta para marcar nuestros limites en esa relación, generando relaciones sanas y ecológicas.

De acuerdo a las investigaciones, las personas que expresan su insatisfacción tienen mayor probabilidad de cambiar su percepción de las personas o situaciones, produciendo un afecto más positivo.

“Comprender que el sufrimiento surge de ti mismo es algo radicalmente transformador que cambia tu mirada hacia el mundo y, por tanto, cambia el mundo”

Lama Jampa Monlam

Impacto Negativo

*Queja Tóxica

Normalmente a todos nos agotan las quejas e impera la creencia de que tiene un carácter negativo.

Nuestras creencias y programación inconsciente influye en cómo percibimos a las personas o a las situaciones, ya que nuestra conducta intenta ser coherente con ese programa que sostenemos.

Cada vez que nos quejamos entramos en un bucle de mal humor, tensión, enfados, criticas y lamentos, que propician más motivos de queja, foco continuo en lo negativo, toxicidad en tu dialogo contigo y los demás,etc, enfocándonos en lo que no funciona y contaminamos a los demás.

Además la queja nos convierte en sumisos y pasivos, dado que activo el rol de victima de mi propio estado de ánimo y dejo de ser protagonista y líder de mi vida, el locus control de todo lo que me sucede a algo externo, sobre lo que yo no tengo margen de acción ni control, soltando mi responsabilidad en los demás.

La cuestión es que el problema no es quejarse, sino si lo tengo instaurado en mi como un hábito.

Existen diferentes investigadores que han estudiado que hace que nuestra percepción de felicidad sea diferentes en unas personas y en otras.

Richard Wiseman, catedrático de la Universidad de Hertfordshire, se dedico a investigar a las personas que se consideraban afortunadas, así́ como a las que se consideraban desafortunadas. El pudo demostrar que una de las características más importantes que presentaban el colectivo de personas afortunadas es que normalmente no se quejaban.

Estas personas poseen la habilidad de abordar un cambio como algo deseado o positivo y además que de “forma automática” posteriormente eran capaces de identificar escenarios que habían podido ser peores y que por suerte no lo era.

El considerarse o no afortunado está también relacionado con nuestra percepción de la felicidad . Ellos tenían instaurado el hábito de integrar sus estados de ánimo con aspectos cognitivo-valorativos (cómo evaluamos lo que nos sucede), de forma equilibrada.

Bienestar = estados de ánimo + aspectos cognitivo-valorativos

Solo el 10% de nuestra existencia es aleatoria y el 90% restante se define por nuestra forma de pensar. Por tanto, Impacta más en tu bienestar lo que te dices acerca de lo que te sucede que el evento en sí, que te ocurre.

El problema no es la queja, el problema es quejarse sin hacer nada respecto al malestar que sentimos.

¿Cómo salgo de la queja?

Entonces, llegados a este punto quizás te estés preguntando como manejar tus quejas o las del otro. Te indico algunas claves que pueden ayudarte,

  • Toma de conciencia de tu queja y si es puntual o es un hábito.
  • Activa la intención del cambio
  • Identifica que causa tu insatisfacción. ¿Existe un malestar real o buscas otro objetivo?
  • Pregúntate ¿Hay algo que puedo hacer?
  • Pasa a la acción: cámbialo!
  • Asegúrate que realizas una comunicación positiva con un lenguaje constructivo
  • Acepta lo que no puedes cambiar
  • Cambia el foco y Disfruta del camino

Nuestra mente encuentra lo que busca. A medida que vamos generando nuevas intenciones que se convierte en acciones, empiezo a crear nuevas rutas neuronales y a dar espacio para apreciar lo que sí me gusta, lo que si funciona, lo que realmente si quiero, que te acercará de forma más rápida y óptima a conseguir un estado emocional positivo, imprescindible para lograr tus objetivos.

 “Considera todas las dificultades como oportunidades para crear algo nuevo, aprendiendo y creciendo a partir de la forma creativa en que respondes”.

Virginia Satir

Te propongo un RETO

Además, como nuestro cerebro reptiliano tiende a que permanezcamos en nuestra “zona de confort”, y formatear tu disco duro mental no es fácil, te propongo un reto que puedes comenzar hoy mismo:

¿Puedes estar 24 horas sin quejarte?

  • Durante las próximas 24 horas no quejarte verbalmente. Puede parecer muy complicado al principio pero, en realidad, se trata simplemente de desactivar un hábito para poco a poner comenzar uno nuevo.
  • Consiste en coger un compromiso contigo, de cambiar el discurso negativo, centrado en problemas y todo aquello que va mal, por buscar otro foco de atención. Y, te va ayudar a ser más conscientes de todas las veces que te quejas.
  • Cada vez que te quejes, volverás a poner tu contador a cero. Cuando hayas superado las 24 horas, amplía a 48 horas ;O).
  • Puedes también comentárselo a alguna persona de tu entorno personal o profesional y rétale!

Por nuestras neuronas espejo y el contagio emocional, observarás que a medida que reduces tus quejas, también tu entorno reducirá las suyas, generando un clima y un espacio personal y profesional más positivo y agradable.

“Podemos aprender algo nuevo cada vez que creemos que podemos”.

Ahora tienes ideas que pueden ayudarte a sal del bucle cuando te invadan las quejas.

¿Eras consciente del impacto que tiene en ti la queja?

Cuéntame por dónde vas a empezar y si tienes alguna duda

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Gema Menéndez Cortés, Psicóloga Colegiada M_34474 y Coach ACC ICF

3 comentarios en “¿Te quejas por todo? Sal del bucle”

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