Continuamos indagando en la necesidad humana de la búsqueda de aprobación de los demás, si bien, en el anterior artículo ¿Te cuesta decir no? Identifica el origen de tu necesidad de complacer a los demás, hablamos sobre el origen de esta necesidad que puede convertirse en un hábito que nos perjudica. Ahora proporcionamos claves que pueden ayudarte a liberarte de ello y que te sientas una persona más segura, confiada y feliz.
Los seres humanos somos sociales, por ello, tenemos esa tendencia natural a establecer lazos con los demás. Por lo que, satisfacer en cierta medida la deseabilidad social, nos proporciona bienestar. Así complacer a los demás es valioso y positivo, si buscamos mostrar amor, cuidado, interés a las personas que queremos o que forman parte de nuestro día a día
Sin embargo, cuando lo que buscamos conscientemente o inconscientemente con este comportamiento es la aprobación del otro, por miedo al rechazo o a no ser amados, excluidos o abandonados, convertimos este comportamiento en una necesidad que nos lleva a poner nuestro foco fuera y a desconectarnos de nosotros mismos.
«No busques aprobación, excepto la conciencia de hacer lo mejor que puedas«
Andrew Carnegie
¿Qué impacto psicológico tiene sobre mí la necesidad excesiva de aprobación?
Uno de los experimentos de conformidad más conocido fue realizado por el psicólogo social Solomon Asch. Consistía en preguntar a varios estudiantes por la longitud de unas líneas dibujadas en tarjetas: ¿cuál era más larga? ¿y cuál más corta?. Todos los alumnos, excepto uno, eran cómplices y su objetivo era confundir al sujeto ofreciendo respuestas claramente incorrectas. El resultado demostró la influencia de la presión del grupo en las opiniones, pues en el 36,8% de las ocasiones, el individuo estudiado coincidía con las respuestas del resto, pese a ver con claridad que estas eran equivocadas.
Así cuando el juicio de los demás es lo que marca en exceso como nos comportamos, empieza el problema. A partir de este estado, se produce el desequilibrio entre nuestra necesidad de afecto y amor, y el derecho a ser quien realmente somos.
Cuanto mayor es nuestra necesidad de complacer a los demás y buscar su aprobación, menor es nuestro nivel de autoestima o aprecio y consideración de uno consigo mismo. Así, puede llevarnos a conductas destructivas o disfuncionales, y a mantener relaciones o situaciones que nos hacen daño o nos hacen sentir mal, a costa de la valoración perceptiva del otro, erosionando aún más nuestra confianza interna.
Una de las consecuencias psicológicas de las personas que se preocupan excesivamente por lo que pueden pensar los demás, es manifestar ansiedad o alta vulnerabilidad ante el juicio del otro. Nuestra conducta está más orientada al resultado que al proceso durante las actividades, tareas o toma de decisiones que realizamos. Y, tendemos a evaluarnos o considerarnos valiosos en función del reconocimiento externo.
En otras ocasiones, podemos sentir frustración, rabia o enfado con los demás, sin embargo en última instancia es con nosotros mismos, porque hacemos o decimos cosas que realmente no queremos, con el fin de sentir que pertenecemos a cierto grupo. Por tanto, a un nivel interno y profundo nos estamos traicionando, lo que nos genera un desajuste emocional negativo.
Algunas personas, sienten miedo por rechazo, abandono, no aceptación del otro. Cuando dejas de conectar contigo para saber lo que realmente quieres, una parte de ti se abandona y repites en ti, justo lo que temes. Si mantenemos esta conducta en el tiempo, nos lleva a percibir confusión y una sensación de “sentirnos perdidos” y por tanto, falta de claridad sobre cómo liderar con autenticidad nuestra vida personal y profesional.
«Soltar la necesidad de complacer a los demás, te libera de estrés, de ansiedad y de la sensación de nunca ser suficiente.«
¿Cómo salgo de este bucle o esclavitud de necesitar complacer?
Llegados a este punto, lo importante es que ahora, que has identificado si algún aspecto de tu infancia o de tu vida genera esta necesidad, toma conciencia que el pasado que viviste no eres tú ni es tu culpa. Esto puede ayudarte a una comprensión bondadosa y compasiva contigo, además de liberarte de la reactividad y permitir que el momento presente esté menos influenciado por heridas pasadas.
Hace unos días una persona me contaba en sesión que se había dado cuenta, que había abandonado sus sueños por luchar por los sueños de su pareja, dejando sus ilusiones, sus estudios, sus ambiciones a un lado y volcándose en el otro, preguntándose ¿Qué me ha llevado a eso?.
El amor es un motor poderoso si bien en muchas ocasiones por nuestras propias creencias en base al amor, nos enredamos en dinámicas que nos encadenan.
En el momento de dar, ya sea cuestiones más cotidianas o más vitales, un sí, parte de nuestro tiempo, una invitación, una colaboración, un nuevo proyecto, un objeto, un viaje, etc.. debemos preguntarnos profundamente y de forma honesta sobre el motivo interno por el que lo hacemos y que me mueve: ¿Lo hacemos por el amor que sentimos o por el que esperamos?
Y, una vez que nos hayamos respondido, atrevernos a mirar dentro de nosotros, porque encontraremos señales, pistas, indicios del miedo que nos están encadenando a este comportamiento.
¿Cómo empiezo?
Te recomiendo algunas claves que puedan ayudarte en el día a día para gestionar tu necesidad de aprobación.
1. No vamos a gustar a todo el mundo
Así, que hagas lo que hagas, muchas personas con las que te relacionas, no estarán de acuerdo con tu comportamiento, por lo que es absurdo valorarte según lo que diga el resto. Que alguien rechace una idea o comportamiento, no quiere decir que te rechace a ti. Todos operamos con las creencias que tenemos y nuestra visión sobre el mundo. Cuando aceptamos y actuamos según lo que otros nos dicen, estamos dejando nuestros deseos de lado para convertirnos en lo que otros quieren que seamos. Con ello, perdemos nuestra identidad y autenticidad.
2.Refuerza tu autoestima
En aquellos momentos donde sientas inseguridad, recuerda que eres una persona válida y merecedora como los demás. Analiza todos los momentos de tu vida personal y profesional donde has logrado éxitos y logros, y lo que hiciste para conseguirlos. Con ello, confía en esas habilidades y capacidades que pusiste en marcha y que siguen en ti. Observa que creencia puede limitarte para transformarla y valorarte. A medida que te valores más, menos te influirá la desaprobación del otro.
3. Aparca al perfeccionista que vive en ti.
Equivocarse es normal, por lo tanto, aceptar que puede suceder nos libera de peso y aligera el camino. Así observamos la oportunidad de la imperfección humana. A veces, recibiremos críticas que no serán constructivas. Si consideras que traspasan tus límites o líneas rojas marca límites, y analiza si al menos un 2% es verdad, para que puedas utilizarlo de forma positiva y objetiva, ayudándote a mejorar y evolucionar personal y/o profesionalmente.
4. Práctica Mindfulness o atención plena
El Mindfulness es una herramienta que nos entrena a vivir nuestro presente y con ello ayudamos a nuestro cerebro a que no se enganche dándole vueltas a necesidades de aceptación pasadas o futuras. Nos ayuda a aceptar la vida tal como es, a conseguir la libertad de decir ‘no’ cuando sea necesario, a afrontar los conflictos con las personas de nuestro entorno y resolverlos desde la paz y el amor por los demás en lugar de sentirnos en deuda con ellos.
Ejercicio práctico
El cuerpo es un marcador somático y se da cuenta mucho antes que nuestra mente de lo que nos sucede. Te propongo el siguiente ejercicio la próxima vez que tengas que tomar una decisión:
- Para y respira para conectar contigo. A menudo solemos ir en piloto automático y nuestro cerebro reptiliano, tiende a que repitamos patrones conocidos. Cuando paramos, podemos reflexionar.
- Vuelve a tu cuerpo. Cuando estamos en complacer al otro, nuestro foco esta fuera y desconectamos o sentimos cierta distancia respecto a nuestras emociones y nuestras sensaciones físicas. Es esencial para vivir en el momento presente.
- Deja un espacio entre la petición y tu respuesta. Puedes verbalizar un “déjame que lo piense y te digo algo”.
- Pregúntate ¿Qué te apetece realmente? Escucha a tu cuerpo, ¿estás relajado o estás en tensión¿ ¿Sonríes cuando piensas en decir que sí o tu gesto es de apatía o aburrimiento? Desde ahí decide y contesta.
- Stop a la justificación. Experimenta el decir “no” sin tener que justificar o dar explicaciones que inunde tu discurso: “es que….”. Cuanto más largas son nuestras justificaciones más oportunidad generamos en el otro para que insista.
- Negocia y comunica asertivamente. Siempre, puedes establecer acuerdos y negociar. “Lo siento hoy no puedo, mañana sí”. No es a todo no, ni a todo sí.
- A medida que integres el hábito, empezarás a ser fiel a ti y te darás cuenta que mucha gente seguirá a tu lado y quién no, quizás ya no suma.
Recuerda que si para que algunas personas estén en tu vida, necesitas que sólo ellos sean tu prioridad, no es una relación saludable, ecológica ni equilibrada para ti.
Quien es una influencia positiva para ti, te impulsa a vivir desde la autenticidad, siendo tu mismx.
«He aprendido que estar con aquello que me gusta es suficiente»
Walt Whitman
¿Eras consciente del impacto psicológico de la necesidad de complacer en ti?
Ahora tienes ideas que pueden ayudarte a soltar y liberarte de tu necesidad de complacer a los demás.
Si, aún percibes que tu búsqueda de necesidad de aprobación te supera, te invito a buscar a un profesional que pueda ayudarte trabajando contigo.
Si este post te ha gustado te invito a compartirlo. Y, puedes seguirme en Instagram @gemamenendez_artiabienestar
Gema Menéndez Cortés, Psicóloga Colegiada M_34474, Coach ACC ICF e Instructora de Mindfulness
Foto:@lookstudio/www.freepik.esSi
¿Te cuesta decir no? Suelta la necesidad de complacer a los demás. Claves que te ayudan.(2ªparte)
Continuamos indagando en la necesidad humana de la búsqueda de aprobación de los demás, si bien, en el anterior artículo ¿Te cuesta decir no? Identifica …
¿Te cuesta decir no? Identifica el origen de tu necesidad de complacer a los demás.(1ªparte)
Quizás en algún momento te has descubierto verbalizando un sí a alguien de tu entorno más cercano o a la gente que te rodea, siendo …
Pingback: ¿Te cuesta decir no? Identifica el origen de tu necesidad de complacer a los demás.(1ªparte) - ArtiaBienestar
Where there is a will, there is a way.