Por todos son conocidas las dificultades que tenemos la mayoría de nosotros en dirigir los pasos de nuestra vida hacia donde deseamos y queremos.
Los más aplicados nos trazamos planes, líneas de mejora, timings con gestión del tiempo exprimidas al máximo, y sobre todo, mucha prisa y ansia porque no llego.
Uno de los grandes males de nuestros días es que estamos hiperconectados tanto a nivel de dispositivos electrónicos, como redes, como cantidad de personas con las que nos relacionamos a diario, bien por nuestro trabajo bien por los seres queridos que nos rodean.
La sensación es corre, corre pequeño hámster, que si corres un poquito más, llegarás y te sentirás mejor… y seguimos corriendo, y avanzando sin cesar.
Responde; no reacciones. Escucha; no hables. Piensa; no asumas Raji Lukkoor
Bien, te voy a lanzar un pequeño reto, con preguntas que pueden que te escuezan un poquito, y si es así, entonces hay camino para avanzar desde ya mismo en la dirección que tu quieres:
¿Dónde está tu límite?
¿Hasta cuándo vas a correr?
¿Hasta cuándo deseas continuar así?
¿En algún momento del día desearías salir corriendo y no volver?
¿Sientes que tus días se repiten sin cambios igual que “en el día de la marmota”?
¿Y, por más que haces, parece que no llegas a ningún lugar cercano a la isla paraíso tranquilo y feliz, a la que habías planificado llegar en este año?
Si te has alarmado por tus respuestas a estas preguntas y sientes que vas a entrar en caída… ¡Detente! ¡Hay solución! Y estaré encantada de contártela a continuación, sólo debes afilar tu sierra y tener claro qué hacer.
Existe una práctica milenaria muy extendida en oriente desde hace más de 2500 años, que alimenta y nutre nuestro cuerpo, con la finalidad de sentirnos en equilibrio y en nuestro centro. Esa práctica se llama Mindfulness.
Ejercicio de Mindfulness
Te propongo un ejercicio para que comiences ahora mismo, y puedas comprobar algunos de los beneficios que te podrán ser de gran ayuda. Siéntate cómodamente, bien apoyad@ al respaldo de tu asiento, descruza brazos y piernas, y éstas últimas colocadas de manera que te permita poner bien apoyados los pies en el suelo… da igual donde estés… ahora cierre los ojos y sólo respira… sólo respira… pon el foco en como respiras.
Y pensarás, esto es lo que hago yo todos los días,… bien, te pido que respires poniendo atención en el acto de respirar, es decir, pon atención en cómo entra el aire por tu nariz, cómo se introduce a través de las fosas nasales, y cómo desciende hasta tus pulmones, para volver a salir. Fíjate en este proceso, que te solicito repitas unas 100 veces, es decir, durante un minuto o minuto y medio. Ve a tu ritmo, y sin prisa… pausa un momento… y tómate tu tiempo para respirar.
Si has realizado el ejercicio y te ha salido a la primera, ¡¡Te Felicito!!! Tienes muchas posibilidades de poder incorporarlo cómo un hábito diario desde ahora mismo. Introdúcelo en tu día a día, como un momento de recarga, igual que un móvil que llena su batería… sólo necesitas unos minutos y lo puedes repetir cuanta veces quieras y necesites… de hecho te recomiendo que introduzcas pequeñas prácticas a lo largo de todo el día, aprovechando esos lugares habituales que te permiten respirar durante un par de minutos.
Cuanto más lo practiques, mejor te sentirás, y comenzarás a constatar cómo tu cuerpo se resetea y se siente con más energía, y más despierto y concentrado en tus metas.
Si no has logrado realizar el ejercicio, y tus pensamientos te han invadido, descentrándote del ejercicio y de la respiración,… de verdad,… ni te agobies… inténtalo más tarde o mañana y seguro que irá mejor.
Ahora tienes un ejercicio que puede ayudarte a liderar las riendas de tu vida y de tu tiempo.
¿Eras consciente de lo que la respiración con atención plena puede provocar en ti?
Cuéntame por dónde vas a empezar y si tienes alguna duda.
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Gema Menéndez Cortés, Psicóloga Colegiada M_34474, Coach ACC ICF e Instructora de Mindfulness.
